Todos los presidentes de los partidos que integraron la alianza Ciudadanos Comprometidos -CI.CO.- han rubricado una nota dirigida al gobernador Gustavo Valdés solicitándole una audiencia y exponiendo en la misma duras críticas a Nelson Lovera -Concejal de Capital-, Rubén Suarez y Ariel Baéz - legisladores provinciales.

Hace meses que Ci.Co. (Ciudadanos Comprometidos) dejó de ser una alianza exitosa, integrada por seis agrupaciones políticas, para convertirse en una “novela” dónde los candidatos consagrados le dieron la espalda a sus mentores.

Ahora, los líderes de esa media docena de partidos, han decidido solicitar al gobernador Valdés que los incorpore al dialogo político. Razón no les falta, al final, Valdés-Canteros se beneficiaron con el aporte de los votos que esos partidos les aportaron.

Los que saben comentan que tanto Baez como Lovera, nuevos actores de la política, son producto de una “movida” pergeñada por el gerente de un medio radial. 

Es cierto también que tanto Ariel “chamacumbiero” Baez como Nélson “pauta publicitaria estatal” Lovera son hábiles y rápidos y cuando de negocios se trata, duplican su ligereza para cambiar de caballo, incluso en medio del río. Siempre, hasta ahora, salieron ilesos y triunfantes.

Lovera coqueteó con Massa, pero cayó en ECO-CAMBIEMOS. Idem, Baez que tocaba la guitarra con el delincuente Boudou al lado de Camau, pero también terminó aceptado en ECO-CAMBIEMOS.

Lo del “carretilla” Suárez ya es a nivel mafia y muchos aseguran que le costará menos negociar su estabilidad en la política. Los aprietes, la extorsión, el patoteo, el toma y daca son monedas de curso legal en el ámbito y eso le da margen suficiente para estar tranquilo. 

En definitiva los tres con su conducta son necesarios para esta nueva era de ECO-CAMBIEMOS, donde el prontuario nunca importa. Bienvenida es la capacidad para “negociar” y la mediocridad para levantar la mano. No se premia la decencia, ni la honestidad.

El “joven heredero del clan conserva”, integrante de la familia que hace más de cincuenta años monopoliza la “pauta” publicitaria de todos los gobiernos, se sabe fue el ideólogo de la incursión en política de “individuos populares” que serían la punta de lanza para desalojar a los cultores de la “vieja política”.

Quizá, como estrategia de maketing político, haya dado buenos resultados; pero sin substancia, no hay política. Ese detalle puede hacer naufragar el ambicioso proyecto de querer “imponer” candidatos, cuya única característica en común es la popularidad.

Valdés recibirá una misiva en la que se lo pone al tanto de detalles que el mismo conoce. No por eso la iniciativa es estéril.

En la convicción de confirmar la máxima “Lo que abunda no daña” los presidentes de los seis partidos pretenden decirle al gobernador que el “trío” Lovera, Suárez, Baéz, han migrado a otros campos; y que, fieles al dicho popular han llevado a la práctica el conocido “pájaro que comió, voló”…

El paraguayo Nelson Lovera, el músico Ariel Baéz, y el gremialista Rubén Suárez son conocidos, populares y hasta mediáticos. Pero eso no asegura que puedan convertirse en políticos exitosos.

En el ruedo político han cosechado más rechazo que simpatías. Cierto es que han “coronado” y que a la vista, dos de los tres, deberán revalidar sus dotes de representantes el año próximo. Sin embargo, la ausencia del respaldo de una organización política, tornará difícil que lo logren. Año de elecciones legislativas provinciales y comunales de medio término, no son propicias para andar “regalando” espacios.

Ariel Baéz, quizá porque tiene asegurada la banca hasta el 2021, con más tiempo, ha comenzado a construir algo parecido a un “partido político”. La cuestión es si el gobierno le aportará en cantidad y con la misma asiduidad los recursos que le asignara para su campaña en las elecciones pasadas.

Pero quizá, sus compañeros de “Los Alonsitos”, encuentren rentable invertir fondos propios -sí, de aquellos que uno saca de su propio bolsillo- para solventar las aspiraciones del novato que ya le tomó el gusto a la banca.

Sin territorio; sin praxis; sin identidad ideológica; sin raigambre dirigencial; y, hasta sin códigos, será difícil que los Lovera/Baéz pasen de ser “golondrinas de una sola elección” a potenciales aspirantes al sillón de Ferré…

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