Es en la primera sección del conocido pago Paso Lucero en jurisdicción de Concepción. En épocas no muy lejanas supo ser un pago pujante dedicado a la ganadería y a la agricultura. Hoy mutó, aunque no en toda su mayoría, pero los bosques implantados de pino y eucaliptus van ganando terreno.

Son los camiones de gran porte sin control de peso en sus cargas, que sacan la producción de madera y generan verdaderas murallas de arena a los costados de cada huellón. Así el paso es imposible de transitar por vehículos livianos.

Institucionalmente desde el Honorable Concejo Deliberante de Concepción también se pidió respuestas y una solución. Hace un mes ni el Consorcio Caminero ni la Dirección de Vialidad Provincial contestaron las inquietudes.  

Desde ambos organismos trasladan todo el “reclamo a una mera cuestión política” y creen tener “espalda o paraguas de algún jerarca de turno”, a tal punto de ignorar totalmente cualquier respuesta a un problema real.

 

Resulta extraño además para los lugareños que “el plan provincial de ripio, anunciado y encarado en los últimos tiempos por el Gobierno de la provincia en distintos caminos rurales a lo largo y a lo ancho de todo el territorio”, no haya sido contemplado todavía” para esta parte de Concepción. 

El consorcio caminero asignado no muestra ningún interés en solucionar el terrible drama. En Vialidad Provincial por ende se hacen totalmente los distraídos y tampoco asoman a dar respuestas. 

Por ahora y mediante la sequía a duras penas hay acceso, aunque deben sortearse los obstáculos en cada parte de la traza. Los pequeños productores y los alumnos de la escuela del paraje Paso Lucero ya agotaron las instancias de elevar la queja institucional a la Dirección de Vialidad Provincial sin conseguir respuestas.

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