La agrupación Azul y Blanca, que tenía como pos­tulantes a la candidatura para diputados nacionales a “Tito” Meixner y la impresentable Aracely Ferreyra, resolvió dimitir de la compulsa bajo el ar­gumento de la indefinición judicial respecto a llevar (o no) la boleta con la formula Fernández y Fernández.

Ni Mexiner ni Ferreyra tienen la capacidad de juntar votos por si solos y eso lo saben. Pretendían arriesgarse al “supuesto efecto arrastre“ en una boleta compartida con los Fernández. Pero la jefa de la banda kk solo autorizó al capo de la campora Pitin Aragón. El resto, ni el saludo

Uno té de tilo. Ni bien ni mal. Un híbrido de la política que siempre supo estar y ser visto. La otra, una cómplice defensora de un modelo nefasto. Amiga de De Vido y férrea defensora de la jefa, que ahora le dio la espalada. Denigrada y todo, sin dignidad sigue queriendo quedar enganchada cual fanátiKa a un sistema populista y antidemocrático del pasado.

“A pocos días de las Paso y ante la imposibilidad de obtener un pronunciamien­to de la Cámara Nacional Electoral respecto a la ad­hesión de nuestra boleta a la fórmula presidencial, hemos decidido desistir de esos reclamos para abo­carnos exclusivamente a la campaña para conseguir la mayor cantidad de votos posibles para la fórmula Fernández-Fernández”, es­cribió en su perfil en la red social Facebook el actual diputado provincial José Er­nesto Meixner.

En la misma sinto­nía, la diputada nacional Araceli Ferreyra salió por medios radiales para rati­ficar la postura, dejando en claro que no se altera el trabajo por la fórmula que responde al denominado Frente de Todos.

La única voz disidente en este proceso fue la del titular del inexistente Partido de la Victoria, José Luis Gálvez, quien en comentarios de redes sociales dejó traslucir su enojo con la denominada cooperativa peronista por las decisiones adoptadas en torno a las candidaturas.

Es así que hasta el mo­mento son sólo tres las que van a la compulsa del 11 de agosto, y una de ellas (Va­mos Todos, del capo mafia Rodolfo Mar­tínez Llano) mantiene el re­clamo judicial ante la Corte Suprema de Justicia que se encuentra en feria judicial.

Ayer, precisamente, el ex diputado nacional redobló la apuesta dialéctica, y dijo: “Ya no se trata del peronis­mo, se trata del correntino que no puede ser gobernado por Buenos Aires”, apuntó a la agrupación que comanda Máximo Kirchner, a la que “no se le puede permitir que entre a Corrientes”.

A poco más de diez días de las Pri­marias, en el peronismo se siguen disputando el poder, ahora con las adhesiones y la interna inconclusa que deja marcas en cada accio­nar, pese a que todos dicen encolumnarse con la fór­mula de los Fernández para derrotar al oficialismo.

Lejos de la unidad, y casi todos amparados en el ar­gumento nacional, las dis­putas están en estado de latencia, las que llevarán a un largo debate interno para establecer el orden interno, o bien dejar que desde Bue­nos Aires se dirima la dis­puta que mantienen desde hace un par de años.

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