La novela iniciada a raíz de una grave denuncia de la Asociación Bancaria, cuando descubrió que el ex síndico Lascuraían estaba por ingresar como “asesor personal” de Abraham con un sueldo de 700 mil pesos, ahora salpica al Director de la entidad Roberto Demonte alias “pomelo”.

La decisión privilegiada cubre de lleno a Demonte quien desde su lugar “habría direccionado” un crédito escandaloso de 40 millones a favor de Vicentín, la multinacional aceitera de Santa Fe en plena vía de quiebra.

El privilegio se descubre ahora que existe una clara diferencia con la Asociación Bancaria, aunque no se puede especificar si “la gauchada financiera del Banco estatal correntino”, se hizo una vez conocida la quiebra de la empresa privada santafesina.

Por estas horas y con esta nueva información puertas adentro del banco empiezan a cuestionarse “el rol solidario que debería tener un banco con mayoría accionaria estatal”.

Al margen de ser una entidad financiera, el Banco de la “Provincia de Corrientes” debería contar con un gran pol de beneficios reales para el empleado público que ya está cautivo con su sueldo, pero no puede planificar un progreso y un desarrollo sostenido.

Es que los “privilegios“ hasta ahora son todo para los “grandes cabezones” y para el resto de la plana estatal cautiva con sus salarios no hay igual trato.

Se sabe ahora que con la anuencia plena de Demonte el Banco de Corrientes le habría otorgado un empréstito de 40 millones de pesos a la empresa aceitera Vicentin de Avellaneda en la provincia de Santa Fe.

No se sabe aún, si el crédito le fue cedido cuando la polémica aceitera ya se encontraba en concurso de acreedores, que anticipa su imposibilidad de pagar sus deudas.

“Pomelo” Demonte, junto a uno de sus socios Gustavo Fatelevich, integran también la Comisión Directiva de la Asociación de Casinos Privados de Paraguay, Argentina y Uruguay y semejante cargo debería ser incompatible con su función en un Banco teniendo en cuenta que el circuito perfecto congregaría la maniobra de lavado de activos.

La operatoria dibujada es que el dinero negro proveniente de los juegos de azar, pueden ser ”limpios o lavados” en un Banco cuyo Director es propietario de Casinos y salas de juego.

La organización que abarca estratégicamente un punto tripartito de estos países, viene siendo investigada por posible evasión y fuga capitales.

Al director de la entidad crediticia correntina también se le achaca, la contratación de una empresa familiar para obras millonarias que realiza la institución bancaria.

Lo cierto es que después de tanto tiempo empiezan a salir a luz la “brillante” gestión de estos empresarios “genios” que siempre pescaron en la pecera y convirtieron en exitosa sus empresas privadas al calor del estado y recibiendo los privilegios beneficiosos de lo estatal. 

Siempre “gestionaron” al Banco de Corrientes para exclusivo favor, mientras al empleado público solo recibe migajas con créditos usurarios disfrazados en “promesas doradas” cada seis meses. 

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