Es la sucursal número 3 que en menos de una semana es cerrado. Permanece dos jornadas inactivo y al otro día los propietarios abren sus puertas como si nada y sin ningún tipo de protocolo ni control. Ahora es la sucursal ubicada en Ruta Nacional 12 quien amaneció cerrada al público.

Hay un total desinterés de sus propietarios y la ausencia de la autoridad estatal juegan a las escondidas con la muerte.

La alta rotación del personal que NO es controlado al ingresar a su horario y lugar de trabajo está siendo víctima del Covid que no respeta nada. A su vez desata una cadena interminable de contagios a los clientes que asisten a esos lugares insalubres.

Los Cáceres, propietarios paraguayos de la cadena de supermercados IMPULSO, no se toman en serio la situación y en las sucursales es una fiesta descontrolada toda vez que el estado municipal y el provincial tampoco deciden medidas extremas de sanción.

La circulación comunitaria ya es un hecho y estas acciones deshumanas tanto del privado como del estado son sin dudas en agravante. 

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