El marginado hoy Defensor de los Vecinos de la Capital, finalmente apareció luego de casi una semana de protesta pacífica de los choferes del monopolio ERSA. Sin transporte urbano en la capital durante esos días, el Defensor de los Vecinos demostró que ya no tiene reflejos o bien sus intereses son superiores al cargo, cuestión más grave aún, y desapareció de escena.
Lejos de brindar contención e interiorizarse al menos, ya que los vecinos quedaron sin servicio urbano de colectivos durante casi una semana,el refugiado Payes abrió las puertas de “su oficina pública” para hacer campaña política partidaria.
En ese marco la gacetilla de propaganda dice que Payes recibió a “jóvenes representantes de distintos movimientos peronistas de la Universidad Nacional del Nordeste”. Y que “la oportunidad, impulsada por los jóvenes estudiantes, sirvió para manifestar sus inquietudes sobre distintas problemáticas latentes”.
Payes, lejos de la realidad y tal vez preso de su corto pasado como concejal dónde se cansó de levantar la mano en favor del monopolio ERSA toda vez que se trataba el aumento del costo del boleto, ahora eligió no aparecer en escena. No sea cosa que todavía aparezca algún resentido y le pregunte en su propia cara cuánto en definitiva “costaron e$os aumentos de boletos” que votó para el monopolio ERSA, siendo “concejal puesto por los vecinos”.
Está claro que el puesto de Defensor de los Vecinos en la Capital hoy así tiene un costo demasiado alto para tan poca cosa.