Carta de Baby Etchecopar al hijo de Raúl Alfonsín. Por Baby Etchecopar. 6 de septiembre de 2019.
El hijo del ex presidente criticó a Luis Brandoni que utilizó a Raúl Alfonsín para realizar una marcha en favor del gobierno de Macri
Estimado Ricardito Alfonsín, y te pongo estimado simplemente por ser el hijo de tu padre, reconozco tu desesperación por engancharte a cualquier vagón que te conduzca a algún destino político, pero el nombre de tu padre no lo usa Luis Brandoni, creo que nos pertenece a todos los que dimos todo por ese momento de transición entre la dictadura y la democracia en el que no recuerdo haberte visto demasiado.
Tampoco te vi demasiado junto a Jesús Rodríguez y muchos militantes más tirados cuerpo a tierra frente a campo de Mayo armados como podíamos para parar la salida de los carapintadas que querían voltear a tu padre.
Tampoco te vi en las gestas de los cinco años y medio en que el radicalismo encabezado por Raúl nos convocaba a Plaza de Mayo a marchar en apoyo de la democracia, yo estaba y no te vi.
Por eso me asombra verte tan perplejo ante la convocatoria de apoyar a un presidente democrático de esa forma rara que tenemos los demócratas de mostrarnos en paz y peticionar por lo que creemos.
Ay Ricardito, Ricardito, te podría contar tantas cosas del gobierno de tu padre en el que como yo estuve no te vi, pero claro yo estaba del lado de afuera, del lado del pueblo que apoyaba a Raúl y no pongo el apellido porque sé muy bien que tenes los derechos de autor pero tu padre fue de todos y será de todos toda la vida, no así como vos y vos me entendés.
Estimado Ricardito, con todo respeto, un militante que entregó los mejores años de su vida a la democracia y a la libertad y que aprendió de tu padre, momento histórico donde tampoco te vi.
Me podría sorprender tu actitud si no hubiese visto antes la actitud de Moreau, pero parece ser que en la política aún no encontramos una cura para la degradación genética de algunos militantes. Parece que tira más un puestito en el Congreso que la dignidad de la lucha callejera, que dicho sea de paso algunos no perdimos ni nos entregamos.
Ricardito querido podrías mandar los sacos de tu padre al museo de los próceres porque evidentemente a vos te quedan demasiado grandes. Me despido con un: ¡Viva la patria!