Es lo que trascendiera luego del reclamo escrito a mano de una mujer, víctima de violencia de género, que solicitó al Juzgado de Instrucción número 6 la “devolución de su teléfono móvil”.
En el más estricto sentido humano la Juez Graciela Ferreyra respondió “espero que se encuentre bien y se le va a devolver su teléfono celular, porque ya se hicieron las tareas para las cuales se lo necesitaba y no es necesario tenerlo más tiempo secuestrado en esta causa, y agradeciéndole por haber entregado su teléfono cuando fue pedido”, sostuvo Ferreyra en su resolución.
Mediante la carta la mujer víctima había fundamentado al Juzgado el requerimiento “porque lo necesitaba para el colegio de sus hijos”.
La misiva sencilla de una ciudadana fue el punta pié para que Graciela Ferreyra decidiera comenzar a utilizar lenguaje claro ante pedidos de ciudadanos en los que no intervienen abogados. El “objetivo es que los destinatarios de las decisiones entiendan lo que se resuelve y así facilitar el acceso a justicia”.
Ferreyra recibió la nota escrita a mano por la víctima de un hecho de violencia de género, en la que se dirigió a ella de forma sencilla. Sin formalismos, le pidió la devolución de su teléfono que había sido secuestrado durante la investigación preliminar.
En otros detalles de la carta que fue contestada por la magistrada a la ciudadana, reza “también quiero decirle que como no me parece que haya sido necesario secuestrarle el teléfono cuando usted estaba en el hospital, porque usted no dijo en su denuncia que en el celular había cosas que puedan servir en la investigación, entiendo que el secuestro no tenía que hacerse y por eso le devolvemos su teléfono sin mayores impedimentos…”.
La Juez manifestó que “en casos similares se continuará con la modalidad como un aporte más que contribuye al acercamiento Sociedad-Justicia” y aseguró que “la comunicación de esta forma resulta más legible y clara y evita usar términos propios del mundo del derecho y sus formas que son incomprensibles para quienes poco conocen”.