La vida de Rodolfo Lohrmann y José Maidana, acusados de ser mentores del secuestro de Christian Schaerer, y que están detenidos en Portugal, sigue siendo motivo de noticias en la prensa de ese país.
Destacan que eran considerados “el sueño de cualquier vecindario” por su buena conducta, y hasta se menciona que Lohrmann cuidó de una anciana postrada. Tenían varias casas rentadas, decena de identidades falsas, hablaban en códigos y ambos escaparon de cárceles europeas.
Lohrmann y Maidana debían enfrentar el inicio del juicio en Portugal por el robo a bancos en ese país, pero el proceso de postergó por cuestiones de procedimiento. No obstante la audiencia judicial sirvió para que Maidana niegue su identidad y Lorhmann rechace los cargos y ser extraditado a Argentina.
Según la prensa de Portugal, en base a las investigaciones, los delincuentes argentinos llevaban una vida tranquila en Portugal, después de haber recorrido diversos países de Europa.
“Quien se cruzaba con ellos no sospechaba estar ante dos de los mayores criminales de Argentina, buscados desde hace década y media, con carteles con recompensa y todo” sostienen medios de Portugal.
Agregan que ni la Policía Judicial desconfiaba, cuando los detuvo, de su prontuario que incluye homicidio, raptos, tráfico de drogas, entre otros.
“Pero tenían gusto de ayudar a viejitas” indican sobre la conducta de ambos.
Mencionan que se establecieron en Portugal hacia 2014, tras una gira por varios países europeos. Las autoridades piensan que Lohrmann, conocido en el mundo del crimen como "Ruso", podría haber continuado ligado al narcotráfico hasta muy recientemente.
Él y Maidana, apodado "potrillo", fijaron residencia en campos de pequeños pueblos en las afueras de Ericeira y comenzaron a robar bancos.
Tenían varias casas alquiladas por las cuales iban circulando, para despistar a cualquiera que pudiera caminar en su paso. En algunas sólo pernoctaban de vez en cuando.
“Eran el sueño de cualquier señorío” (vecindario): simpáticos, pagaban siempre la renta a tiempo. Justificaban sus prolongadas ausencias diciendo que andaban embarcados.
Cuentan que Lohrmann llegó a pasar tardes con una anciana postrada en cama, su vecina, para hacerle compañía.
Con decenas de identidades falsas, intercambiaban con frecuencia de teléfono móvil. Y cuando hablaban al teléfono lo hacían por código. El despacho de acusación da cuenta de ese lenguaje: "cerdos" en vez de policía, "chica" en lugar de cajera de banco, "abuela", "bestia" o "tía" para designar las furgonetas de transporte de valores. Se referían a las casas que habitaban por Virgindad y Ponderosa.
Se cuenta que Lohrmann, “el más cerebral y tenido como un verdadero psicópata”, huyó de una cárcel búlgara escapando por un túnel excavado bajo el muro, como en las películas. Lo hizo junto con un asesino a sueldo que también se encontraba preso.
Sobre Maidana, indican que “tiene una personalidad más extrovertida”, que escapó de una prisión española antes de venir a Portugal saltando de la tercera planta de un hospital de la prisión. Con 1,90 metros de altura y practicante de deporte, le falta un dedo en la mano izquierda, fruto, se dice, de un tiroteo con la policía.
Remarcan que las mujeres no les eran conocidas a Lohrmann y Maidana: “Recurrían a prostitutas”.
Sin saber con quiénes estaban tratando, la policía fue vigilando al dúo hasta percibir que se preparaban para atacar una camioneta de transporte de valores en Aveiro. Antes de que lo hicieran, los arrestaron en noviembre de 2016.
Presentaron identidades falsas, claro, pero Maidana no se resistió: "No tienen idea de quiénes somos". Tenía razón, sólo que más de un mes después, y de muchos contactos con congéneres latinoamericanos, pero también europeos, los inspectores descubrieron que les había salido bien la jugada.
"Su detención fue un hito histórico para los países donde actuaban", asegura una fuente vinculada al caso, en una referencia no sólo a Argentina, sino también a Brasil y Uruguay.
Sostienen que si los dos rechazan una posible extradición, esto puede deberse menos a las condiciones de las cárceles argentinas que a los enemigos que fueron creando por Sudamérica.
Indican que en la cárcel de Monsanto donde están detenidos, Maidana había intentado evadirse, sin éxito, junto a otros reclusos. “Y después de eso continuaron diciendo que no quedarán por aquí. Que han de huir de nuevo”, señala la prensa de Portugal sobre Maidana y Lohrmann.
De la carrera delictiva en Europa, resaltan el elevado profesionalismo que intrigaba a los inspectores de la Unidad Nacional de Contraterrorismo de la Policía Judicial. Entraban en las dependencias bancarias ya después de haberlas cerrado al público, pero cuando los funcionarios aún se encontraban al servicio, de cofres abiertos y contando el dinero.
Ninguno de los asaltos por los que comienzaeon a ser juzgados en el Tribunal de Loures duró un minuto. Armados y con pelucas, bigotes y máscaras faciales, se apoderaron de al menos 235 mil euros entre 2014 y 2016. Pero podrían haber hecho más asaltos.
Normalmente no eran violentos, pero de una de las veces, en el BCP de la Guía, en Cascais, dieron una bofetada a una funcionaria embarazada. "Acabo con tu vida", amenazaron.
"Te mato, te mato." Y el dinero volaba de las arcas para las bolsas de rafia cuadradas que llevaban a los asaltos.
Además de poseer vasta experiencia en el sector bancario, la dupla encargaba a sus cómplices de vigilar las dependencias que iban a atacar durante un mes, para familiarizarse con las rutinas.
Sobre la vida de Lohrmann y Maidana indican que tenían muchos cuidados, “frecuentaban fondas, en vez de restaurantes de lujo, llevando vidas comunes”.