En la madrugada del domingo se realizaron operativos de grupos especiales de la Policía y de Tránsito en los barrios Anahí, Ponce y Güemes donde se constataron presencia de los denominados “seguidores CHORROS” de grupos tropicales.
Como resultado se secuestraron 75 motos y hubo 40 demorados que fueron trasladados a las comisarías jurisdiccionales.
El procedimiento fue impartido desde el Ministerio de Seguridad y la Jefatura de Policía, tiene como finalidad evitar en lo posible que este numeroso grupo de personas que se manejan en diferentes vehículos afecten el normal desenvolvimiento del tránsito, evitar que se produzcan desmanes y otros hechos delictivos aprovechándose del aglomeramiento.
Estas banditas que aprovechan las circunstancias de una expresión cultural popular para delinquir en su paso son contemplados y la Policía poco puede hacer cuando se sabe hay una orden superior de “actuar con la mano atada”.
Es la fuerza policial misma, que extraoficialmente, confiesa estar “atado de manos” para actuar y repeler este tipo de conductas delictivas en pleno acontecimiento de los hechos.
La policía provincial cuenta con hombres y mujeres dentro de la fuerza con la más alta calidad en la información de los principales cabecillas de estas bandas de CHORROS escudados en los “seguidores”, pero es escaso el margen que tienen para actuar.
La cuestión está saliendo de su cauce hace mucho tiempo y hoy la política de Seguridad parece estar dispuesta a dar batalla y no pagar más el costo de un movimiento marginal a costa de una expresión cultural.