Rota la sociedad y revocado el poder como gerente de SUPERMAX desde el 1 de junio, Carlos Irigoyen gana tiempo y se niega a entregar “la vaca lechera” que lo enriqueció a él y a su entorno íntimo.
Tiene un veedor judicial puesto por el Juzgado Civil y Comercial número 9 pero que lo ignora hasta el cansancio. El vaciamiento de SUPERMAX avanza furioso. Hay un descubierto bancario de 4 MILLONES de pesos y no pasa nada.
Del otro lado los empleados viven con la angustia de percibir sus salarios en cuotas, en el mejor de los casos, y otro puñado de laburantes sin recibir nada todavía. De vez en cuando le entregan un VALE como moneda consuelo válido solo para empleados y utilizables en las mismas cajas del SUPERMAX.
Pero Irigoyen empujó la situación al terreno que más le gusta. Ganar tiempo, VACIAR y “limpiar” la empresa y cuando ya no queden rastros escapar. Ya lo hizo cuando era chofer de los Dacunda en el viejo Supermercados Impulso.
A Irigoyen no le importan los empleados. Es el daño colateral porque cuando llegue el momento el costo para dar respuestas lo deberá pagar Alberto Castro.
Claramente Carlos Irigoyen y su hijo Ignacio están ganando tiempo para vaciar de manera fraudulenta la empresa que les dió todo, y así avanzar a pasos firmes en las nuevas concreciones comerciales. El contador público Rubén Lezcano, puesto por la Juez María Alejandra Antúnez está pintado. El vínculo intimo afectivo entre Irigoyen y Juanci, le dan protección política y judicial.
En consonancia a la inacción llamativa de Lezcano, la Juez aceptó un recurso de amparo presentado por Irigoyen el mismo día. Pero a Alberto Castro, que también pidió lo mismo, lo mandó a esperar “hasta terminar de leer bien” el expediente, hace ya un mes. La impunidad y el brazo largo de las “influencias” desnudan maniobras que bendicen a Irigoyen y su clan familiar.
Se sabe que la corporación Irigoyen constituyó hace tiempo DEPOT EXPRESS S.R.L, pero la oxigenó en las últimos meses y una de sus sucursales ya están terminando de poner a punto en el viejo ex edificio de la ANSES en la intersección de las calles Alberdi y avenida Tres de Abril de la capital de Corrientes.
Carlos Irigoyen hoy goza de la protección de al menos 8 efectivos de la policía provincial que lo siguen a sol y a sombra y cual delincuente lo “protegen”, tal vez, de sus propias acciones?
DEPOT EXPRESS fue armado por Irigoyen y ubicó como socios a su esposa y a todos sus hijos que de muy jóvenes y sin margen de edad aparecieron “millonarios”. Entre las cuestiones insólitas la firma nueva de cadena de supermercados de los Irigoyen declaró como lugar físico la Avenida Armenia al 4300, cuya propiedad es de la firma SUPERMAX. Sin dudas la arquitectura está diseñada y por ahora nada lo detiene, al contrario, lo impulsan y lo protegen.
Mientras DEPOT EXPRESS S.R.L se desarrolla, en el otro margen SUPERMAX se vacía a pasos redoblados sin libros contables claros, sin información financiera y con un agravante. Un descubierto bancario en el orden de los 4 MILLONES de pesos.Por ahora la Justicia camina lento hacia un lado y se abalanza rápida y furiosa sobre el otro extremo. Todo es muy evidente y nada está muy claro.