Se trata de María José Hechem alias “la turca”. Hasta hace 8 meses manejó durante 4 años los hilos del pueblo de Concepción mientras su padre era el intendente. Fue la comadrona mandamás que ejecutó el plan de empobrecimiento social y defalco económico más alto desde hace mucho tiempo.

Usó y abrazó con asco a los pobres para aprovecharse de su nobleza y alcanzar la intendencia. Operaron en plena connivencia con altas esferas del Gobierno provincial y por eso hasta el día de hoy, pese a no estar en el poder municipal, gozan de los privilegios cual beneficios como si estuviera.

En las últimas horas se conoció, que mediante los lazos estrechos con el llamado “senador del pueblo”, la “turca” consiguió trasladar su puesto que tenía en el Ministerio de Educación y apareció en las oficinas de la Dirección de Rentas de la provincia en la localidad.

Cual necesitada del dinero de un empleado público que pelea, lucha y apenas llega a fin de mes con su salario, la hija del ex intendente ya logró ocupar el asiento cuyo destino hubiese caído en otra persona con necesidades ciertas.

La avaricia, el egoísmo, la soberbia, la inmoralidad y la nula integridad dan un fuerte mensaje otra vez en el pueblo y oscurece a todo aquel que redunda de buenas intenciones, se desvive pensando en lo colectivo y que por alguna vez gane el pueblo entero.

Por ahora no hay espacio para los íntegros. No hay lugar para la decencia. No está abierta la puerta para los capaces porque del otro lado se hace paso la mediocridad parasitaria, que aturdida no está dispuesta a relegar los privilegios que ayer conquistó.

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