Un obrero de la construcción cayó de una altura de 3 metros al romperse una de las estructuras. El operario identificado Juan José López aparentemente no tenía los elementos de seguridad pertinentes. Ocurrió este último martes.
A las 16 ingresó al Hospital Escuela y esperó varias horas para ser atendido, criticó su esposa en declaraciones a la prensa radial. “Está llorando del dolor y hay sólo dos médicos”, manifestó Sonia Falcón.
López se desplomó al suelo tras romperse el andamio sobre el que estaba parado. Estaría trabajando en negro por lo que no tenía ART que cubra este tipo de emergencias.
“Cayó y llevó todo el peso en una pierna y en la otra se le cayeron todos los ladrillos. El dueño de casa le llevó al Hospital Escuela pero sólo había dos médicos atendiendo”, indicó Falcón para detallar que su marido no podía mover las piernas. “Hay mucha gente, están todos apretados y no hay ni un ventilador” se quejó para denunciar que “venía un nuevo accidentado y le atendían al accidentado”.
López es el tercer operario de la construcción que se accidenta en ocasiones poco claras en menos de un mes y en la municipalidad y en la UOCRA se mantienen todos callados.
El pasado 28 de febrero Fabián Blanco de 30 años sufrió traumatismo de columna y escoriaciones tras caer de un primer piso. Fue en una obra de la calle Junín al 920 en un local comercial. Tampoco se supo más nada y si la Justicia o los entes encargados intervinieron.
El 21 del mismo mes de febrero último, otro laburante apellidado Chamorro de 43 años también salvó su vida de milagro al caer de una andamio en otra obra en construcción sobre la avenida Tres de Abril y Pasaje Misiones.
Juan José López es el tercer obrero que salva su vida milagrosamente trabajando en una obra en construcción, pero en Corrientes Capital no pasa nada y sin dudas el destino está tentando a la muerte y la tragedia para reaccionar.
Otra vez vidas humanas de laburantes y padres de familia con el Jesús en la boca y las autoridades con competencia para intervenir y prevenir mirando para otro lado como los andamios serpentean a la propia muerte del poriajhú.