Los “empresarios acusados” Marcelo Mayer, sobrino directo del capo del juego de azar Jorge Goitia, Walter Bruquetas y Elías Cohen junto al capataz de la obra tenían un plano de obra con tres pisos más de lo permitido. A la municipalidad en tanto le presentaron otro bajo las reglas correspondientes.
Todo hace suponer que tras pasar 8 años y 8 meses, este 26 de noviembre se inicia el juicio oral y público por la denominada ‘tragedia de los obreros’, hecho por el cuál fallecieron 8 personas tras derrumbarse parte de un edificio ubicado por San Martín 652 de la capital de corrientes en marzo del 2012.
El abogado Rubén Leiva, querellante por algunas de las familias, advirtió que “los empresarios tenían dos planos: uno formal que presentaron en la Municipalidad de Corrientes y otro real que tenía el capataz el cuál incluía la construcción de tres pisos más de lo debido”.
“Llegamos al juicio con todas las expectativas con una carga emotiva muy grande. Estamos llegando al final de este camino largo, con la esperanza que la Justicia y la sociedad brinden un fallo ejemplar”, sostuvo Leiva, que patrocina a la mayoría de los familiares de las víctimas.
“Destapó la forma en la cual los empresarios inescrupulosos utilizan a los obreros en las construcciones”, denunció desde radio Dos. El profesional del Derecho precisó que el juicio prevé analizar un “estrago culposo” que causó la muerte de 8 personas.
“Así llega a juicio”, y agregó que “lo que se descubrió durante la instrucción fue la forma que se trabajó ese día, cuando aún el encofrado no estaba bien armado por arriba del noveno piso. Se siguió con la carga lo que rebalsó y provocó la caída”.
Leiva advirtió que “los empresarios se manejaban con dos planos: uno con el cuál se construía el edificio de nueve pisos; y el otro que se presentó formalmente y que decía que se construía un edificio de seis pisos”.
Puntualizó que “un plano tenía el capataz, y otro fue el presentado a la municipalidad y al Colegio de Arquitectos. Entonces, cuando se terminaba y se advertía esa falta, se pagaba una multa irrisoria teniendo en cuenta la ganancia de tres pisos más”.
“Estaba premeditado que se iba a recibir una pequeña multa por no cumplir lo que decía el plano, pero se seguía construyendo; lo que se ganaba ameritaba construir tres pisos más y la multa resultaba irrisoria”, recalcó. Leiva recordó que “la obra estuvo clausurada, y no obstante siguieron construyendo”.
“El encofrado tampoco tenía la capacidad necesaria para soportar el nivel de carga”, agregó e insistió que “es un accidente que pudo haber sido evitado”. Para Leiva “la causa pondrá en evidencia el modo salvaje con el cuál se manejan muchos empresarios de la construcción en Corrientes”.
Reconoció que “no se descarta que se prorrogue el inicio del juicio por la pandemia. No sería descabellado que pase eso, habida cuenta lo que viene sucediendo en el Poder Judicial”.